Poética del café II

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La Poética del Café (Parte 2)

Fragmento 2 tomado del Libro Poética del Café de Antoni Martí Monterde Bibliografía en La Biblioteca Negra. Letra C : B-C 1era Parte en: La Poética del Cafe (Parte 1)

El hombre que toma un café se convirtió un día, en el hombre de Café porque el Café es algo mas que un local donde se consume la bebida que le da nombre, y porque ese hombre no es sólo alguien que toma una taza de una infusión de color negro en un establecimiento dispuesto para tal fin. Y es que se puede afirmar que la existencia europea del café ha sido siempre una existencia pública. Si bien es cierto que en algunas tab ernas ya se servía café esporádicamente, el primer establecimiento europeo específico para esta bebida abrió sus puertas en el año 1650 en Oxford; es la primera de las Coffeehouses inglesas, que generalizarían el nombre del local, el primero en Londres. The Grecian, lo hizo en 1652. En Francia, a pesar de algún local precursor en Marsella, por cuyo puerto también había llegado café, son los embajadores del sultán de Constantinopla en la corte de luis XIV quienes lo introducen en sus recepciones, estendiendo la moda por todo París y sus Salones. Que por entonces se trataba de una moda queda probado por el hecho de que las señoras acostumbraban a vestirse con ropajes orientales para beberlo en sus reuniones, y algunos primerizos locales se adornaban con motivos orientales. Aunque esots precedentes no sitúen el café exactamente en el ámbito privado, sino el de cierta socialización doméstica, puede afirmarse que su verdadero paso al ámbito público se da en 1672 cuando un gentilhombre florentino, Francesco Procopio dei Coltelli, afrancesa su nombre para fundar, en su primer emplazamiento, Le Procope. La primera Bottega da Caffé veneciana data de 1683, donde el mítico Florian abrirá sus puertas el 29 de Diciembre de 1720, bajo las arcadas de Las Procuratie Nouove de la Plaza de San Marco, con el nombre de Alla Venezia Triomfante. En lo que respecta a Viena, que terminaría por sustituir a Venecia como capital europea del Café, la leyenda dice que en 1683, en pleno asedio de Viena por los turcos, ciudad en donde hacía décadas que éstos lo habían popularizado, un polaco llamado Kolschitzky inauguró el primer establecimiento dedicado a su consumo gracias a las sacas llenas de granos de café-las autoridades las creían llenas de forraje para alimentar a los camellos-que habían abandonado las tropas turcas en su retirada, y que astutamente pidió al duque de Lorena como recompensa por haberse adentrado tras las líneas enemigas. Su astucia no habría quedado aquí, sino que al darse cuenta de que a los vieneses les desagradaba el café lleno de posos preparados al estilo turco, comenzó a filtrarlo antes de servirlo, además de mezclarlo por primera vez con leche, creando lo que a partir de entonces se conocerá como café vienes.