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Francisco Rico

Ciclo: Prólogos al Libro del Buen Amor

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"Apuntar algunas claves teóricas acerca de la composición y la estructura del Libro de Buen Amor, sus fuentes e influencias, y de su autor, Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, fue el objetivo del ciclo de conferencias que con el título de «Prólogos al Libro de Buen Amor» impartió en la Fundación Juan March del 12 al 21 de enero pasados el académico y catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona Francisco Rico, que ha realizado, en colaboración con Alberto Blecua, una edición crítica de esta obra medieval española, de próxima aparición.

Los títulos de las cuatro conferencias del ciclo fueron: «El primer amor de Juan Ruiz», «Juglares, trovadores y clérigos», «Las voces del Arcipreste» y «Yo, Juan Ruiz»."

En el siglo XII la literatura, que se escribe ya  no en el docto latín clerical, sino en las jóvenes lenguas vulgares, y celebra  en ellas el amor pasional (es decir, l´amour, "ese invento del siglo XII") y la cortesía y la aventura caballerescas, cobra en la Europa medieval un espléndido impulso hacia nuevos horizontes. (Las modas literarias tienen su centro cultural en la Francia feudal, pero se difunden muy  pronto en otros países). A las épicas canciones de gesta sucede la lírica trovadoresca que canta el erotismo más o menos cortés, y las ficciones novelescas de aventuras fantásticas que protagonizan los audaces caballeros errantes. Resuenan apasionados relatos de amor trágico, como los de Tristán e Isolda y Lanzarote y Ginebra, y se despliegan las gestas de héroes solitarios que parten de la corte utópica e ideal del mítico rey Arturo en pos de alguna noble dama raptada o del Santo Grial, claras muestras de la fantasía fervorosa de una época de incontenible empeño poético, la época del primer arte  gótico y del llamado "primer Renacimiento europeo". A los romans de Alexandre, de Troya, de Eneas y de Tebas suceden las trepidantes novelas de Chrétien de Troyes, el primer gran novelista europeo, con su trasfondo céltico y feérico, y en lugar del antiguo Alejandro brilla el rey Arturo. El erotismo sutil y la refinada cortesía revelan los gustos literarios del nuevo público cortesano, en el que dan el tono las gentiles damas y doncellas que leen y estimulan esas fantasías de un temprano romanticismo. Los ecos de esos relatos quiméricos y de sus ideales refinados y sus pasiones ejemplares resonarán largamente, con nostalgia acaso e  ironía, en incontables novelas y lectores en la literatura novelesca posterior.

Orígenes del ADN literario

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